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«Quien mucho abarca, poco aprieta«. El éxito en el desarrollo de software está en la especialización. Mi leitmotiv al enfrentarme al desarrollo de un producto es «Céntrate en lo que haces mejor y júntate con los mejores en lo suyo«. Mi experiencia me dice que, de lo contrario, es muy difícil seguir avanzando a buen ritmo. La idea es centrarse y especializarse en lo que realmente eres bueno (en nuestro caso, el producto de e-learning), y beneficiarnos de lo bueno de otros productos y servicios, desarrollados por otras compañías, integrándonos con ellos. Estos servicios complementan nuestra solución de e-learning y evolucionan mejor y más rápido, ya que están centrados en su especialidad.
Pongamos un ejemplo
Este ha sido uno de los factores clave del éxito de Slack, compañía fundada en 2013, que ha conseguido que, en apenas 4 años, su aplicación de mensajería haya pasado a ser la más popular en el sector corporativo. Slack no inventa la mensajería instantánea, pero sí le da una vuelta de tuerca; primero, cuidando mucho la experiencia de usuario y, segundo, orientándola al sector corporativo (para chatear con la familia ya existe WhatsApp).
¿Cómo lo consiguieron? Integrándose con todas las herramientas del mercado relacionadas con la productividad en empresas, lo que benefició tanto a Slack como a esos productos. Pero no han sido los únicos, ni siquiera los primeros. Todas las herramientas de Microsoft se integran de forma natural entre ellas (por ejemplo, cuando embebemos una hoja de cálculo Excel en un documento Word), y con las de terceros. ¿Con qué no integra MS Excel? Y más ejemplos: Dropbox, SalesForce, Google Suite, MailChimp, Trello, WordPress, y un largo etcétera.
Un universo de siglas interconectadas
En el mundo tecnológico y especialmente en el desarrollo del software hay un maremágnum de siglas, que esconden detrás protocolos y estándares destinados a facilitar que proyectos muy diferentes se integren unos con otros, de forma segura.
- Los SDK (Software Development Kit) proporcionan código para incluir en tu proyecto y poder embeber el servicio en tu plataforma. A través de esta vía, conseguimos mostrar la información de uso de la plataforma por parte de los usuarios con Google Analytics, que aparezca en la web la ventana de soporte online de Zendesk, que podamos pagar de forma segura a través de PayPal…
- Dentro del mundo del e-learning surge la especificación LTI (Learning Tools Interoperability), que permite que podamos acceder a un servicio o recurso externo sin que el usuario tenga que identificarse de nuevo en la plataforma que nos lo está sirviendo. Así es como conseguimos integrar rápidamente el marketplace de contenidos de e-learning OpenSesame o la plataforma de vídeo bajo demanda Kaltura.
- Pero lo que realmente lo ha cambiado todo para siempre ha sido la popularización de las API (Application Programming Interface). Mediante una API, cualquier aplicación puede dialogar con otras aplicaciones, intercambiar información y solicitar que ejecuten ciertas acciones. Por ejemplo, gracias a la API de Anders Pink, hemos podido incluir sus informes (briefings) en learningCloud, o intercambiamos automáticamente información de usuarios y resultados en cursos con SuccessFactors, Meta4 PeopleNet, etcétera.
Usar la API de un servicio externo, hasta ahora, requería de unos conocimientos técnicos importantes. Esta tarea recaía habitualmente en los desarrolladores de software. Eso está cambiando. De un tiempo a esta parte, están apareciendo en el mercado plataformas especializadas en facilitar la interoperabilidad entre diferentes servicios y proveedores. A través de sencillos formularios y una cuidada experiencia de usuario, consiguen que una persona sin conocimientos de programación pueda configurar flujos de trabajo avanzados en los que intervengan varios servicios, por ejemplo:
- Cuando se reciba un nuevo email a la cuenta «sales@my-company» con la etiqueta «urgent» en el título, se enviará un mensaje a un canal de Slack.
- Cuando finalice la compra de un determinado producto en mie-commerce montado con Shopify, se enviará una encuesta de satisfacción con SurveyMonkey.
En el mundo del e-learning también podemos encontrar buenos ejemplos:
- Cuando añada una nueva fila en una hoja de cálculo Excel almacenada en OneDrive con un identificador de un usuario y de un curso, se inscribirá al usuario en el curso mencionado.
- Cuando añada a un nuevo usuario con perfil «comercial» en SalesForce, se inscribirá al usuario en tres cursos de learningCloud relacionados con ventas, y se añadirá una tarea en un tablero de Trello con el título “Completar formación online”.
- Cuando un usuario finalice un curso, se escribirá una nueva fila en una hoja de cálculo almacenada en Google Drive con la puntuación obtenida, y a continuación se enviará un email a su jefe de equipo.
A día de hoy, la más reconocida es Zapier, con centenares de aplicaciones disponibles para interconectar, pero no es la única: Apiant, Automate.io, Integromat or Tray.io son algunas de las que podemos mencionar entre todas las que están apareciendo. Estas plataformas se han dado cuenta de que evitarles a las empresas que tengan que hacer un desarrollo a medida para crear estos flujos de trabajo (sin duda costoso), el reducirles la puesta en marcha (time to market) y el posterior coste del mantenimiento, es beneficioso para todos, y que, por consiguiente, ahí hay negocio.
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