En esta entrevista María Soler, EMEA Global Learning & Development de Roche, analiza cómo la empresa suiza ha convertido el aprendizaje continuo en un pilar estratégico para liderar la innovación en la industria farmacéutica.
Minutos después de su intervención en We Love Learning 2025, María Soler compartió unos momentos con nosotros para reflexionar sobre los desafíos y oportunidades de la educación en el ámbito de la salud. También subrayó la importancia de la formación continua y la necesidad de anticiparse a los cambios que marcarán el futuro de la medicina.
¿Cómo logra una de las farmacéuticas más influyentes del mundo marcar el rumbo de la innovación? Roche Farma ha construido su legado sobre una idea clara: “hacer hoy lo que los pacientes necesitarán mañana”. Un principio que va más allá del desarrollo científico y define también su cultura corporativa.
En un sector altamente regulado, en el que la innovación es una demanda constante, la farmacéutica suiza ha hecho de la formación continua un pilar estratégico que garantiza su liderazgo en el mercado.
Los grandes líderes elevan el desempeño de todos a su alrededor, fomentando una cultura de confianza y motivación.
María Soler
La convicción de que las empresas deben ir más allá de los resultados financieros y contribuir al bienestar social se refleja en su estrategia de Learning & Development (L&D). En Roche, la formación es una prioridad. Un activo que les permite adaptarse con agilidad a las necesidades de un sector en constante cambio.
María Soler, EMEA Global Learning & Development y responsable de L&D en España y Portugal, lidera un área fundamental para la compañía, impulsando una cultura del aprendizaje que desarrolla el talento, fomenta la innovación y refuerza el bienestar de los equipos.
Esa mentalidad es la que permite a Roche evolucionar de manera constante y afrontar los cambios con agilidad. En esta entrevista, exploramos con ella cómo la formación se ha convertido en un pilar estratégico para afrontar los desafíos del sector y generar un impacto real en la vida de las personas.
El aprendizaje como eje estratégico de Roche Farma
La formación es un pilar fundamental en la estrategia de negocio de Roche. Soler explica que la compañía trabaja para consolidar una «high performance organization», un modelo que impulsa a sus equipos a desafiar constantemente los límites, innovar y aspirar a la excelencia.
Uno de los objetivos clave de la organización es ser reconocida como «THE Place to Work», un lugar donde los empleados se sientan valorados, apoyados y motivados. Para lograrlo, Roche promueve una cultura de aprendizaje centrada en la excelencia profesional, que refuerza, además, el bienestar y el compromiso de las personas.
«Lo que ya sabemos no es suficiente para los retos del mañana. Debemos aprender hoy lo que nuestros pacientes necesitarán en el futuro», sostiene Soler. Esta mentalidad es la que permite a Roche evolucionar de manera constante y afrontar los cambios con agilidad.
El liderazgo como catalizador del crecimiento
Si bien las competencias técnicas son esenciales en la industria farmacéutica, el liderazgo desempeña un papel igualmente determinante en la construcción de equipos efectivos. Soler subraya que Roche parte de una premisa clara: «Todos nos merecemos tener un gran líder». La compañía reconoce que un liderazgo sólido mejora el rendimiento individual y crea también un entorno inclusivo, donde cada profesional puede desarrollar su máximo potencial.
Para ello, Roche ha diseñado un ambicioso programa de formación en liderazgo, abierto a todos los niveles y adaptado a las necesidades individuales y colectivas de sus equipos. Actualmente, la empresa cuenta con más de 15 programas de liderazgo que abarcan desde las bases hasta el desarrollo de competencias para líderes senior. Esta inversión en formación permite escalar el liderazgo y consolidar una cultura de alto rendimiento alineada con los valores de la organización.
La tecnología y la personalización del aprendizaje
Uno de los grandes avances en el ámbito del L&D es la incorporación de tecnologías que permiten una formación más personalizada y efectiva. En Roche, la digitalización ha sido clave para adaptar los programas de aprendizaje a las necesidades específicas de cada equipo y región.
Gracias a la inteligencia artificial, la compañía ha desarrollado soluciones de formación adaptativas que ofrecen contenidos ajustados a los conocimientos y ritmos de cada empleado.
Soler destaca que el aprendizaje inmersivo y los simuladores han demostrado ser herramientas especialmente útiles en un sector tan técnico como el farmacéutico. «A través de estas tecnologías, nuestros profesionales pueden enfrentarse a escenarios realistas y mejorar su toma de decisiones en un entorno seguro», afirma.
Gracias a esta metodología Roche ha incrementado la retención del conocimiento de sus empleados, potenciando al mismo tiempo la aplicación inmediata de las habilidades adquiridas.
Medición del impacto: clave para la toma de decisiones
En un contexto empresarial donde se debe justificar la inversión en formación, Roche ha desarrollado un modelo de evaluación que mide el impacto real de sus programas de L&D. Según explica Soler, la farmacéutica emplea una combinación de indicadores cuantitativos y cualitativos para analizar el retorno de la inversión en formación.
Esos medidores incluyen la mejora en el desempeño de los equipos, la aplicación de conocimientos en el entorno laboral y el impacto en la satisfacción y retención de los empleados.
