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Hoy más que nunca, es urgente adoptar un enfoque que aproveche las competencias humanas respaldadas por la tecnología. Sin embargo, para lograrlo, debemos alejarnos de lo que tradicionalmente considera el área de L&D como su misión principal. Formarse es mucho más que recibir capacitación, es una mentalidad que nos permite evolucionar en un mundo en constante cambio. De pequeños, aprender es una aventura llena de descubrimientos que nos provoca emociones positivas y fomenta nuestro bienestar.
En este artículo, quiero animar a los profesionales de L&D y a los directivos a fomentar una mentalidad abierta en sus empleados y a dar ejemplo ellos mismos. Para conseguirlo, deben ir más allá de ofrecer simplemente formación y, en su lugar, promover una cultura en la que el ecosistema fomente oportunidades informales, sociales y colaborativas para el crecimiento de todos.
1. La necesidad urgente de pasar de la formación a cultivar una mentalidad de crecimiento
El aprendizaje es una mentalidad en la que adoptamos nuestras competencias profundamente humanas, que el niño que llevamos dentro sigue teniendo en abundancia. Hablamos de cualidades como la curiosidad y la imaginación, así como la apertura y la capacidad de hacer conexiones entre conceptos aparentemente no relacionados para generar nuevas ideas. Estas competencias nos hacen humanos y nos diferencian de los modelos algorítmicos que entrenamos. Formarse sin estas competencias humanas se convierte en un mero condicionamiento, como las técnicas que aplicamos a los modelos de IA, cada vez más diseñados a nuestra imagen, pero que no son humanos, igual que nosotros no somos robots que desean ser condicionados.
Con la presión creciente sobre los empleados para que se mantengan al día, aprendan constantemente y se «reacondicionen», a menudo creamos de manera inconsciente una resistencia emocional. Esta resistencia provoca la liberación de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta nuestro bienestar general y reduce aún más las ganas de mejorar. Además, el miedo a no poder alcanzar la velocidad de IA hace que muchos pierdan el interés por seguir formándose. Sin embargo, podemos reavivar el deseo de aprender, estimulando la producción de dopamina y serotonina, la hormona de la felicidad.
Como mencioné antes, el niño que experimenta el aprendizaje como un viaje placentero de descubrimientos aún vive dentro de nosotros. En este viaje, elegimos lo que nos interesa y lo que queremos explorar. Como niños, fuimos apoyados por nuestro entorno, que idealmente ofrecía muchas opciones hasta encontrar el camino que queríamos seguir. Crear un entorno de desarrollo tan diverso a menudo parece complicado para las organizaciones. Pero con el apoyo de tecnologías inteligentes, podemos construir un ecosistema casi infinito que combina el crecimiento colaborativo y el compromiso social con una experiencia personalizada y centrada en el ser humano. Además, desplegar un ecosistema centrado en las personas brinda a L&D la oportunidad de mejorar su adaptabilidad y acelerar el intercambio de conocimientos aprovechando las innovaciones impulsadas por la IA.
2. Formarse puede ocurrir en cualquier momento y lugar con experiencias adaptativas y de microaprendizaje
Una experiencia formativa personalizada y centrada en las personas no sigue un camino lineal. De hecho, es multidimensional, con múltiples experiencias, tanto formales como informales, conscientes e inconscientes, que se refuerzan entre sí. Estoy de acuerdo con Tim Leuning, quien argumenta que los niños necesitan todos estos tipos de experiencias para lograr la creatividad. Las experiencias más formales, e incluso el condicionamiento, proporcionan la base que necesitamos, la cual puede enriquecerse con curiosidad, imaginación y experimentación para aplicar de manera efectiva el conocimiento formal. Este enfoque multidimensional también fortalece la mentalidad de crecimiento de los empleados, creando un viaje que fomenta su desarrollo y, por lo tanto, promueve organizaciones ágiles.
Para ilustrar cómo este enfoque holístico puede apoyar el progreso, pensemos en el proceso de incorporación de nuevos empleados. Una oportunidad de formación formal, como el e-learning, proporciona los conocimientos básicos que los nuevos empleados necesitan sobre la empresa y las herramientas que usarán. Sin embargo, esas primeras experiencias pueden ser abrumadoras y, cuando llega el momento de aplicar ese conocimiento, a menudo no sabemos dónde volver a encontrarlo. En estos casos, el aprendizaje en el momento de la necesidad es esencial para adquirir y aplicar conocimientos de manera eficiente. Aquí es donde los micromódulos en un portal formativo son ideales, ayudando a reforzar los recuerdos del cerebro a través de ejercicios de recuperación. Estos breves momentos de aprendizaje ofrecen tranquilidad en momentos de duda y evitan errores por suposiciones incorrectas.
Hoy en día, estos micromódulos son aún más personalizados, ya que los equipos de L&D pueden usar IA generativa para adaptar el contenido. Además, cada vez más empresas están integrando asistentes virtuales o chatbots en sus ecosistemas para ofrecer el conocimiento adecuado en el momento oportuno. Estos momentos de microaprendizaje adaptativo y centrado en el ser humano satisfacen las necesidades inmediatas y hacen que la formación en diversas formas sea accesible para empleados con distintos perfiles.
3. Fomentar el crecimiento social y colaborativo para un ecosistema formativo infinito en simbiosis con la IA
Estas oportunidades formativas diversificadas y flexibles pueden ir más allá al crear trayectorias personalizadas que apoyen las competencias humanas y hagan de la formación una experiencia placentera. Como mencioné antes, los niños aprenden principalmente a través de interacciones sociales informales. Hacen preguntas, expresan dudas o comparten sus fracasos como momentos de los que aprenden. Las tecnologías innovadoras diseñadas para apoyar el aprendizaje centrado en las personas también pueden crear entornos donde el aprendizaje social sea protagonista.
Por ejemplo, aplicaciones como TikTok ofrecen tutoriales sobre casi cualquier tema. Los jóvenes siguen a influencers del aprendizaje, como Constanza García. Estas plataformas sociales impulsadas por IA usan algoritmos para potenciar el intercambio de conocimientos entre personas (H2H), a menudo basado en intereses compartidos entre personas que no se conocen. Este enfoque de interés a interés (I2I) genera flujos de conocimiento casi ilimitados dentro de un ecosistema formativo infinito. Como resultado, el aprendizaje social en simbiosis con la IA nos permite descubrir constantemente cosas nuevas y ampliar nuestros intereses.
Las plataformas de formación innovadoras han adoptado este enfoque, utilizando algoritmos inteligentes para compartir experiencias y conocimientos entre empleados. La formación se convierte, no en un camino formal obligatorio, sino en una experiencia estimulante y placentera que nutre nuestra mentalidad de crecimiento.
Conclusión
Apoyar a los empleados en su proceso de formación consiste en proporcionar conocimientos y en fomentar una mentalidad de crecimiento que se base en competencias humanas como la curiosidad, la imaginación y la colaboración. Al ir más allá de los métodos tradicionales, las organizaciones pueden crear un ecosistema dinámico e inclusivo que integre experiencias formales e informales, apoye diversas necesidades y fomente el crecimiento continuo. Las experiencias de microaprendizaje adaptativo, impulsadas por la IA, ofrecen un apoyo personalizado, mientras que las oportunidades de aprendizaje social y colaborativo promueven la exploración y la innovación. Al construir estos entornos, permitimos que los empleados redescubran el placer de aprender, impulsando tanto el éxito individual como el organizacional en un mundo en constante cambio.
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