Últimamente se habla mucho de conceptos tales como aprendizaje adaptativo, contenidos inteligentes, personalizables, learning analytics, y herramientas de gestión de aula. Lo cierto es que el proceso normal de creación de contenidos editoriales pasa, hoy por hoy, por convivir con un ecosistema complejo y cambiante.
Creemos que el contenido cada vez más es un entorno vivo, y no una pieza SCORM o similar que se ubica en un LMS que se encarga “del resto”. El profesor y sobre todo el alumno pasan la mayor parte de su tiempo trabajando con un contenido estructurado pedagógicamente. Un contenido que cada vez se parece menos al libro de papel… y así debe ser.
Hablando con muchos profesores encontramos algunos escollos; gran dificultad en manejar el contenido digital, problemas para adaptarlo a la realidad de su clase y sus alumnos y de entender qué hacen estos con el contenido.
Debemos preguntarnos si el contenido digital es tan solo una versión en línea del libro y nada más, y si realmente estamos aprovechando todas las oportunidades que un cambio hacia una estrategia digital puede presentarnos.
Hoy gracias a las técnicas de Learning Analytics ya es posible proporcionar estas capacidades directamente al contenido. Por eso incluimos herramientas en el contenido que permiten al profesor, por ejemplo, gestionar la clase, conocer el progreso de sus alumnos y trazar su actividad en tiempo real. Y todo ello sin necesidad de realizar tareas complejas sino directamente desde el contenido. De hecho, al separar el contenido de la plataforma permitimos que los profesores se concentren en su tarea fundamental, enseñar, y la tecnología puede entonces dar un paso al frente para convertirse en facilitadora y no en un obstáculo.
El profesor ya puede:
- Asignar tareas y ejercicios a sus alumnos.
- Ver el progreso de sus alumnos, su motivación, confianza, esfuerzo y otras métricas de interés.
- Analizar el progreso en las competencias definidas en el contenido.
- Comunicarse con los alumnos de una forma eficaz y relevante.
- Modificar el contenido, añadiendo y ocultando contenido de forma contextual.
Y la gran ventaja, todo esto se hace desde el contenido independientemente de donde se encuentre: en un CMS, un LMS, descargado en una tableta o en un app.
¿Cuál es el interés de la editorial en todo esto?
Por fin va a ser posible saber qué contenidos son relevantes, cómo los utilizan los profesores, y tener datos que hasta ahora eran escasos y relegados a la plataforma. Datos para tomar decisiones eficientes sobre futuros contenidos, repositorios de recursos y metodologías de aprendizaje.
Y lo más importante, las editoriales ya no tienen la necesidad de crear plataformas propietarias y excluyentes, el contenido podrá utilizarse en cualquier contexto, ampliando la difusión de sus contenido, sin necesidad de perder el control editorial. Las capacidades de gestión en el libro proporcionan valor añadido a los contenidos y facilitan el proceso de evolución y adaptación de los alumnos.
