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José Manuel Martín explica que es hora de cambiar cómo encontramos y usamos los contenidos e-learning en nuestra organización.
Durante 20 años hemos estado siguiendo un modelo apegado a nuestra experiencia de educación y aprendizaje, mimetizando la filosofía de la universidad o el colegio. Es decir, hemos estado ofreciendo a nuestros alumnos un catálogo de cursos donde se inscriben, navegan por el curso seleccionado y lo completan.
Pero los tiempos han cambiado y ya no consumimos los contenidos de este modo. Nos hemos acostumbrado a Netflix y a Spotify con sus interminables catálogos de contenidos y, en estos catálogos infinitos, no tienen sentido las búsquedas. Son los propios sistemas los que recomiendan contenido a los usuarios basados en sus intereses. ¿Cómo lo logran? Mostrándonos una selección de su catálogo confeccionada mediante algoritmos inteligentes en función de los contenidos “más populares”, “tendencias ahora” o “porque te gustó este contenido que es similar”.
Los nuevos sistemas de aprendizaje siguen este mismo patrón; los contenidos son equivalentes a las películas, y las series o playlists son nuestras rutas de aprendizaje.
Cuestión de algoritmos
Los algoritmos de recomendación se adaptan a lo que el usuario espera ver en un sistema de aprendizaje, y pueden incluir, por ejemplo, “Contenidos obligatorios a finalizar esta semana”, “Contenidos recomendados por tu puesto en la empresa” o “Contenidos para reforzar/mejorar” habilidades específicas.
Estos algoritmos basados en Machine Learning requieren un fuerte etiquetado del contenido (del mismo modo que hace Netflix), por lo que sistemas como Elastic cobran más relevancia que nunca.
No son solo útiles para mostrar un subconjunto de contenidos interesante para el usuario, también nos traen nuevos métodos para reforzar el aprendizaje. Imaginemos, por ejemplo, un algoritmo de curva del olvido que identifique cómo los usuarios van perdiendo con el tiempo las habilidades y conocimientos adquiridos y envíe programas de refuerzo que permitan alargar la curva.
Los canales son los proveedores de contenido
Los nuevos sistemas de aprendizaje no aspiran a albergar todos los recursos, como hacían los LMS tradicionales, sino que se integran con múltiples proveedores de recursos (como TED, Lynda, Pluralsight). Con los contenidos de todos estos canales se construyen agrupaciones: playlists, rutas o planes. Estos nuevos sistemas permiten construir estas playlists a, por supuesto, los responsables de formación de la empresa, pero también a expertos o incluso a todos los usuarios, dentro de un modelo más descentralizado.
Todos los contenidos pueden ser comentados y valorados, normalmente por un sistema de estrellas, y esta valoración sirve para alimentar de nuevo los algoritmos de recomendación. Se genera así un ciclo de mejora continua que convertirá, paulatinamente, las tradicionales búsquedas de nuevos cursos en algo del pasado.
Si quieres conocer un ejemplo de este tipo de navegación aplicado a plataformas de aprendizaje, descubre learningPlay, nuestra solución de formación gamificada.
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