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Todavía hoy, y en reputados foros, los responsables de departamentos de formación y aprendizaje de grandes empresas no hacen más que repetir que su departamento, el de formación y aprendizaje, tiene como misión acompañar a la estrategia de la compañía.
Hace años quizá los responsables de departamentos o direcciones de grandes empresas podían afirmar que su función era establecer los mecanismos necesarios para apoyar la estrategia y habilitar su despliegue. Pero hace años. Hoy en día, dada la alta frecuencia de mega cambios (un día una empresa es líder de un sector y la semana siguiente otra la ha desbancado) producidos por innovaciones disruptivas hace que una dirección de aprendizaje y formación, o una universidad corporativa, tenga que ser mucho más.
En mi opinión, la visión de un departamento de formación y aprendizaje tiene que ser, precisamente, crear la futura visión de la compañía. O lo que es lo mismo, la misión concreta sería generar el entorno en el que sea posible diseñar la nueva estrategia de la compañía.
Este reto que han de enfrentar hoy en día las universidades corporativas es un reto mayor, se trata de desarrollar a las personas más allá del futuro conocido y permitir así que las personas de hoy creen la empresa del mañana.
Para ello, propongo estas cinco acciones que iré desarrollando en próximas publicaciones:
- Poner a su disposición los mecanismos, herramientas y recursos necesarios para que puedan aprender de cualquier fuente. (Dejar que las personas aprendan y se desarrollen en lo que más les emocione cuándo, dónde y cómo prefieran.)
- Disponer de herramientas para que toda persona pueda registrar qué es lo que está aprendiendo y qué es lo que le apasiona (más aún si no tiene nada que ver con su desempeño profesional actual), con quién lo aprende, desde dónde, en qué momentos e incluso inferir o modelar los porqués.
- Generar un entorno de cuidado “human-centred” en el que todas las personas puedan contribuir al aprendizaje de la organización con todos los medios disponibles.
- Analizar todo el conocimiento que tiene la organización en base a los puntos anteriores y encaminar las decisiones organizativas.
- Reconocer y certificar de forma abierta, interna y externa qué sabe y qué sabe hacer cada persona.
Así, en mi opinión, los profesionales del aprendizaje y la formación tenemos la obligación de ingeniar el ecosistema de aprendizaje humano y tecnológico que permita que a través del aprendizaje y el conocimiento, las personas se re-inventen a sí mismas para imaginar e inventar la empresa del futuro.
Este artículo fue originalmente publicado aquí.
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