LXP, un mercado que crece al 50% anual

LXP un mercado que crece al 50% anual

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El mercado del LMS está cambiando

Hace poco, Josh Bersin decía en su artículo Learning Experience Platform (LXP) Market Grows Up: Now Too Big To Ignore que el mercado de LXP (Learning Experience Platform) o NGLE (Next Generation Learning Environments) crece tan rápido que es demasiado grande para ignorarlo.

300 millones de dólares y creciendo un 50% anual (en otros artículos hablaba de un crecimiento del 200%) puede parecer poco comparado con el mercado de 4 mil millones de dólares del LMS, a no ser que no se trate de 2 mercados diferentes sino de un producto que le está robando cuota -del mismo mercado- a otro producto. Está claro que estamos ante 2 productos diferentes. En el artículo Diferencias entre un LMS y un LXP analicé las que, a mi juicio, son las principales diferencias, pero…

¿Estamos ante dos mercados?

Pensar que las empresas pagarán por tener un LMS y un LXP al mismo tiempo me parece poco realista. Seguramente será así durante algún tiempo porque muchas empresas han invertido mucho dinero en integrar su LMS con su ecosistema (ERPs, CRMs) y en adaptar su LMS a sus necesidades (personalizaciones gráficas, integraciones con terceros y desarrollos  funcionales), pero no creo que muchas empresas vayan a pagar licencias de los dos sistemas por mucho tiempo.

LMS vs LXP

Es posible que haya empresas interesadas en un LXP (y no en un LMS) y otras interesadas en un LMS (y no en un LXP), al fin y al cabo hacen cosas distintas, pero creo que esto solamente durará un tiempo, el tiempo que tarden los LXP en tener la funcionalidad mínima que necesitan incorporar del mundo LMS (importar contenido legacy, añadir reglas de negocio) y durante este tiempo el LMS será el encargado de hacer solamente ciertas cosas (compliance, sesiones presenciales)

Bersin vaticina que muchas de estas reglas de negocio (onboarding, compliance) ni siquiera se incorporarán a los LXP sino a los sistemas HR. A largo plazo los departamentos de L&D decidirán dónde quieren gastar su presupuesto y lo gastarán en el sistema que más beneficios les aporte.

¿Cuál es el game changer?

Los LMS tradicionales están pensados para administrar la formación, no están centrados en el usuario. La cuestión más importante a resolver por un LXP es, precisamente, facilitar al usuario la labor de encontrar el conocimiento relevante.

Facilitar quiere decir “poner al alcance del usuario” ya sea a través de algoritmos de recomendación, buscadores o rutas de aprendizaje.

Fácil de encontrar = Fácil de consumir

En este contexto, conocimiento significa muchas cosas diferentes:

  • Contenido que ha sido creado dentro de la plataforma, lo que requiere poder crear contenido
  • Contenido que se ha subido a la plataforma, lo que requiere compatibilidad con SCORM/xAPI
  • Contenido que existe fuera de la plataforma, lo que requiere integrar MOOCs, artículos, videos
  • Personas que son expertos en una materia, lo que requiere detectar expertos y facilitar la comunicación con estos expertos

El conocimiento también puede ser relevante por motivos diferentes:

  • Porque está alineado con los intereses del usuario
  • Porque cubre las competencias que el usuario debe tener en la organización
  • Porque forma parte de un proceso de la organización, como el onboarding
  • Porque responde a una necesidad concreta en un momento específico, como el performance support

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¿Cuáles son las reglas de negocio?

Todas las organizaciones tienen reglas que vinculan los programas de formación y desarrollo con las personas, considerando las posiciones y funciones dentro de la organización actual y futura. Muchas de estas iniciativas parten de las áreas de negocio, otras de HR, y también de las necesidades del día a día de la organización, o de la propia persona que quiere crecer profesionalmente. El involucrar a los mandos intermedios es fundamental para activar a las personas en la consecución, especialmente cuando se vinculan al cumplimiento de objetivos o metas aspiracionales.

Estas reglas finalmente acaban en el despliegue de uno o varios de las siguientes tipologías de programas y cursos de formación:

  • Contenido obligatorio: PRL, certificaciones o re-certificaciones de una actividad. Suelen evaluarse.
  • Onboarding: contenido inicial de integración en la compañía o un nuevo área de trabajo.
  • Programas generales vinculados a una posición: contenidos para adquirir los conocimientos necesarios para cumplir con la posición actual. Suelen evaluarse.
  • Cursos ad-hoc: que responden a nuevas necesidades puntuales, necesarias para cumplir con las actividades de su día a día (una nueva herramienta, cambios en algún proceso…). Algunos se evalúan.
  • Programas vinculados a Performance: contenido que ayuda al usuario a cumplir con los objetivos y nuevos desafíos del día a día. Aquí se abre un “nuevo mundo” cuando se vinculan al aprendizaje “en el flujo del trabajo”.
  • Planes de Desarrollo: son programas que responden a trabajar planes de acción identificadas por una evaluación (180-360) o feedback del Manager de la persona.
  • Programas de Coaching: individuales o en pequeños grupos, para trabajar sobre disfunciones o intentar convertirlos en equipos de alto rendimiento.
  • Programas de Liderazgo: para trabajar habilidades de negociación, transversalidad, empoderar a las personas, etc.
  • Programas de transformación: son los que vinculan y ayudan a aterrizar la estrategia a medio plazo con la evolución de las competencias de las personas, y pueden incluir nuevos paradigmas (digital) o metodologías (ágiles, SCRUM).

Cuanto mayor es la oferta de los programas y cursos anteriores, mayor es la carga administrativa asociada al proceso, y por tanto la inversión. Aunque una parte de lo anterior se administre y despliegue a través del LMS, los procesos manuales vinculados son un mundo, y lo que va por fuera (formación tradicional en el aula, formación externa, formación online en otras plataformas como MOOCs…) resulta difícil de integrar, tanto para dejar “traza” como historial del alumno como para tomar decisiones en cuanto a cambios de posiciones, promociones o sucesiones.

Sin embargo, aún considerando todo lo anterior no imprescindible (es difícil encontrar dos organizaciones que lo tengan todo integrado), como explica Bersin, el problema principal es que el “descubrir qué programas son los más adecuados para qué personas” es muy complejo. Y es por ello que muchos piensan que la misión básica de las LXP debería ser “indexar” el mundo del aprendizaje, y convertirse dentro de la organización en “el Google del e-learning”.

¿Cómo detectar el contenido que es relevante para el usuario?

Bersin habla de 6 aproximaciones

1.- Aprendizaje basado en competencias o skills.

Se trata de disponer de competencias asociadas a posiciones y, por lo tanto, a los usuarios y ser capaces de detectar las competencias y skills que posee un usuario, mapear estos skills con el contenido y ofrecer recomendaciones basadas en el gap que existe entre los skills que debería tener el usuario por su posición y los que tiene realmente.

2.- Recomendaciones basadas en los datos de uso.

Basándonos en el uso de otros usuarios similares, las recomendaciones de otros usuarios similares, etc podemos recomendar contenido relevante a un usuario.

3.- Análisis del contenido.

Basado en AI, requiere el análisis de contenido. Se trata de entender de qué trata el contenido ¿Qué aprenderá el usuario que consume este contenido?

4.- Preguntando al usuario

Permitiendo al usuario definir sus intereses pero también sus aspiraciones, niveles de experiencia, preferencias de aprendizaje, etc un motor de recomendaciones ofrece al usuario contenidos externos pero también internos (como hace magpie, de filtered).

5.- Basado en la reglas de negocio

Incorporando al LXP las viejas reglas de negocio. Por ejemplo, un instalador eléctrico de mi organización debe aprobar esta certificación anualmente, un plan de acción tras una evaluación de rendimiento, etc.

5.- Análisis de datos

Basándonos en datos de consumo y tracking.

Y, para acabar… ¿por dónde comenzar?

Si estas nuevas plataformas aportan algo es sencillez. Un LXP y un LMS pueden convivir en la misma organización y medir los resultados: ¿Cual es el tiempo de sesión medio en cada una de ellas? ¿Visitan más los empleados una que la otra? ¿Están más satisfechos con una que con la otra?

Este artículo se publicó por primea vez en el blog de Jose Manuel Martín.

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José Manuel Martín Márquez

Director de producto en Netex | Dedicado al mundo del e-learning desde el año 2001 como consultor tecnológico, es un profesional orientado al cliente capaz de escuchar sus necesidades, buscar la mejor solución y ejecutar el proyecto en su totalidad. Está especialmente interesado en las herramientas colaborativas, los ecosistemas de aprendizaje, la web 2.0, las redes sociales, el m-learning y, en general, todos los proyectos de formación online que requieren de una parte tecnológica y de innovación importante.

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